Al hablar de arquitectura ejemplar, se nos viene a la mente muchas obras de arquitectos insignes, con años de trayectoria profesional, que han diseñado grandes hitos como museos, edificios gubernamentales, grandes naves industriales o intervenciones singulares en el espacio urbano, quedando atrás unos hitos que puede parecer menores, como lo son las viviendas, y desde BJC Architect queremos mostraros una lista que hemos confeccionado sobre las viviendas de autor más famosas de España:

Casa Guzman, Madrid – Alejandro de la Sota

Hemos querido poner esta casa la primera, porque desgraciadamente ya no está entre nosotros, y ha sido reemplazada por un horrible edificio residencial sin valor alguno.

Casa Guzman, construida en 1972, era una de las obras clave del afamado arquitecto Alejandro de la Sota que tenía la singularidad de que toda la casa podía abrirse al jardín y dar la sensación de que el jardín y vivienda estaban perfectamente conectados. De hecho Casa Guzmán era un ejemplo de la mejor arquitectura española contemporánea, perfectamente integrada en su entorno natural.

Tal es la importancia de este diseño de Alejandro de la Sota, que además, sobre el proyecto se han hecho tesis doctorales, y la maqueta de la Casa Guzmán se encuentra en el Museo de Arquitectura de Múnich (Alemania) como ejemplo a seguir vivienda residencial.

Es triste que hayamos perdido esta obra tan magnífica, y solo queda esperar a que un día, como pasó con el Pabellón de Alemania de Mies Van Der Rohe, alguien o alguna institución con suficiente sensibilidad, decida de nuevo ponerlo en pie aunque no sea en su ubicación original.

Viviendas en calle Doña María Coronel, Sevilla – Cruz y Ortiz

No podíamos seguir avanzando en este artículo sobre viviendas de autor sin nombrar este singular diseño de los internacionalmente conocidos Cruz y Ortiz.

Estos arquitectos aclamados internacionalmente por la reforma del Rijksmuseum de Amsterdam, tienen en su ciudad natal, Sevilla, un curioso edificio escondido de las miradas, que revela su verdadera singularidad cuando se ve desde el cielo o se tiene la suerte de acceder al patio.

Este edificio rescata la esencia de la casa patio sevillana, dando a las viviendas luz natural, y quedando estas distribuidas alrededor de un sinuoso y patio que hacen tan especial a esta finca.

Como leemos en la web del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, “el edificio se caracteriza por la forma de su patio, arriñonado, que racionaliza la ocupación de la difícil parcela retomando la manera tradicional de construir la ciudad mediante espacios construidos en torno al patio entendido como estancia. En la misma línea, el patio establece una relación con la calle siendo su espacio más representativo”.

Casa de Les Punxes, Barcelona – Josep Puig i Cadafalch

Abandonamos por un momento la senda de la arquitectura contemporánea y hablamos de unas de las viviendas de autor más famosas de Barcelona: la Casa de les Punxes.

Esta gloriosa edificación diseñada por Josep Puig i Cadafalch tiene un gran número de hitos que la hacen especialmente singular en una ciudad como Barcelona, donde el modernismo late con fuerza.

La casa se construyó en 1905 por encargo de las hermanas Terradas. Esto es importante para entender la grandeza de esta casa: Bartomeu Terradas i Mont, un pudiente empresario catalán, que a pesar de dejar a su único hijo como heredero de su fortuna, no se olvidó del futuro de sus tres hijas y su esposa, y creó un edificio compuesto por cuatro viviendas que desde el exterior parecen solo una, y que da la imagen de castillo centroeuropeo.

El hijo de Bartumeu decidió escoger a un arquitecto amigo suyo, Puig i Cadafalch con el que coincidía en ideas, y Puig i Cadafalch quiso dar la imagen al conjunto de un castillo centroeuropeo a las cuatro casas que, en conjunto, forman la Casa de les Punxes.

Hay que destacar los acabados, los azulejos, y las formas que adornan todo el edificio, que hacen de su decoración uno de los hitos más fotografiables de la Avinguda Diagonal.

Casa Hemeroscopium, Las Rozas, Madrid – Antón García Abril y Ensamble Studio

La Casa Hemeroscopium no podía faltar en el este texto sobre las viviendas de autor más famosas de España porque debido a su aspecto absolutamente brutal es una de las residencias más reconocibles del país.

Este espectacular chalet se ubica en la localidad madrileña de Las Rozas, se construyó en 2008 y está compuesto por 7 grandes hitos estructurales que descansan en apoyos simples.

Esta casa, que tardó en diseñarse más de un año, sin embargo se ejecutó en tan solo 7 días.

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Quizás lo más impactante es que la estructura de la casa está compuesta por grandes vigas, siendo una de estas vigas una segunda piscina elevada que tiene el largo oficial olímpico.

Casa de retiro, El Ronquillo, Sevilla – Emilio Ambasz

Ideada inicialmente para una localización en Córdoba, finalmente este proyecto de 1974 se construyó en 2006 en una localidad de la campiña sevillana, desde donde adquirió popularidad internacional rápidamente.

La originalidad de la estructura de esta vivienda le valió a su autor, el arquitecto argentino Emilio Ambasz, el Progressive Architecture Award en 1980 sin llegarse ni siquiera a construir. Posteriormente en 2006 en la fecha de su construcción su maqueta estuvo expuesta en el MoMA de Nueva York.

La casa, de influencia árabe, retoma los orígenes de la arquitectura, y se caracteriza por tener la vivienda enterrada bajo una pradera y un mirador espectacular a modo de dos velas blancas sobre el precioso paisaje.

La Nogalera, Torremolinos, Málaga – Antonio Lamela

Estos edificios, muy conocidos en la Costa del Sol, y sobre todo en la localidad de Torremolinos, son de una arquitectura ejemplar y que si bien se ha deteriorado por la proliferación de negocios turísticos, todavía conserva la esencia de su diseño original.

La Nogalera es un inmenso complejo urbanístico de casi 23.500 metros cuadrados que ha quedado en el centro de Torremolinos, y que fue diseñado por el ya fallecido arquitecto madrileño Antonio Lamela, quien obtuvo la Placa de Oro al Mérito Turístico.

La importancia estratégica de este conjunto fue tal que lo inauguró en aquella época el propio Manuel Fraga Iribarne en 1966, y suponía un atractivo turístico de primer nivel para atraer turistas a la costa del sol, que se encontraban con una urbanización absolutamente extraordinaria con piscinas, bares, poker clubs, salas de reunión y todo tipo de opciones de ocio.

Pero la obra de Antonio Lamela no acaba en aquellos elegantes edificios, sino que se construyó el llamado “Pueblo Andaluz de La Nogalera”, un conjunto de bares y restaurantes insertos en casitas típicas andaluzas que sirvieron de postal y fondo para muchos turistas. Este conjunto hacía de pegamento entre La Nogalera y el pueblo de Torremolinos.

Torres Blancas, Madrid – Sáenz de Oiza

Tener un apartamento en Torres Blancas es tener un apartamento en uno de los hitos de la arquitectura contemporánea española, aunque por Internet se pueden leer algunas quejas de los inquilinos en los que dicen que no llega bien la cobertura de móviles o que el lado que se quedó mirando a la M-30 le hizo perder mucho valor.

Curiosamente, Torres Blancas “ni son torres, ni son blancas”, ya que es un solo edificio y además es gris. Su nombre se debe a los cilindros que forman la estructura, que parecen ser varias agrupadas. Al final el hormigón blanco se desechó por razones presupuestarias y se utilizó el típico hormigón gris visto.

Su arquitecto, el magistral Francisco Javier Sáenz de Oiza, vivió en el edificio hasta su muerte, y cuando lo proyectó, lo hizo para su amigo Juan Huarte, que poseía la constructora Huarte.

El edificio se terminó en 1968 y tiene un gran carácter experimental, siendo concebido como una ciudad jardín vertical, casi un árbol, estando la zona superior coronada por una envidiable piscina. Así, Sáenz de Oiza quiso recuperar las ideas racionalistas de Le Corbusier y mezclarlas con las de Frank Lloyd Wright, más organicistas.

Casa Ugalde, Caldes d’Estrac, Barcelona – De Josep Antoni Coderch

Una de las viviendas residenciales más icónicas de Catalunya es la conocida como la Casa Ugalde, diseñada por Josep Antoni Coderch y construida en 1951 en la localidad de Caldes d’Estrac para su amigo el ingeniero Eustaquio Ugalde.

El arquitecto, quería para su amigo el ingeniero Ugalde una casa desde la que divisar el total del bello paisaje donde estaba inserta la casa, y diseñó una construcción de muros blancos que parecía haber nacido con el terreno, y donde gracias a un juego de transparencias y alturas, podía siempre verse el cielo y el agua en la lejanía.

Los árboles se conservaron y la casa “esquiva” con tan elegancia a sus cohabitantes de parcela que finalmente los integra con ella, y este juego arquitectónico hace que la casa quede dividida en tres grandes zonas: la zona de invitados, la de la terraza, y los dormitorios.

Según leemos en Plataforma Arquitectura, en el año 2003 la Generalitat de Catalunya declaró la Casa Ugalde, una de las casas más importantes a nivel internacional del siglo XX (según la revista japonesa AU, 2000) como Bien Cultural de Interés Nacional.