Antoni Gaudí (1852-1926) es uno de los arquitectos catalanes más universales. La Sagrada Familia, La Pedrera o el Park Güell son parte de su inmenso legado, que cada año congrega a millones de turistas y seguidores deseosos de admirar la magia de sus obras.

Hoy repasamos algunas curiosidades de la obra y figura de Antoni Gaudí.

 

La Sagrada Familia, encargo de rebote y con sólo 31 años

antoni-gaudi architect.bjc.esEn 1883 la Asociación de devotos de San José encargó un templo dedicado a la Sagrada Familia a Francisco Villar, arquitecto de la diócesis de Barcelona. Debido a conflictos con Joan Martorell -arquitecto asesor de la entidad promotora-, Villar abandonó el proyecto y el propio Martorell recomendó encargarlo al joven Gaudí. Por aquel entonces, Gaudí tenía sólo 31 años y era uno de los primeros encargos importantes que recibía.

Planos con pocos cálculos

A lo largo de su fructífera carrera, Antoni Gaudí utilizó pocos planos y, cuando lo hizo, parece ser que obviaba el uso de referencias numéricas y de cálculos. El arquitecto huía de los métodos canónicos utilizados hasta la fecha.

Amante de las maquetas en 3D y del arco catenario

antoni-gaudi architect.bjc.esPor contra, Gaudí era un firme defensor de las maquetas en tres dimensiones con materiales dispares. Una de sus aportaciones a este campo es el sistema del arco parabólico o catenario. Consiste en una estructura que se consigue suspendiendo una cadena por sus extremos, de manera que se forma una curva espontánea y elegante que, al invertirse, da lugar al arco catenario. Una de las ventajas de este arco es que todas las fuerzas del edifico se reparten equitativamente y no es necesario el uso de contrafuertes. El arquitecto colocaba espejos debajo de las maquetas para plasmar los arcos en la obra real. La Casa Milà, la Casa Batlló o la Colonia Güell utilizan arcos catenarios.

 

Un mueble decisivo

En 1878, en el marco de la Exposición Universal de París, Gaudí diseñó un mueble-vitrina modernista. El empresario catalán Eusebi Güell quedó completamente prendado de la originalidad de la pieza, que supuso el comienzo de una relación de amistad y profesional entre ambos que duraría 40 años.

Promotor del “reciclaje”

Una de las chimeneas de la terraza de la Casa Milà fue decorada con trozos de botellas de cava. A través de la técnica del “trencadís” como elemento ornamental, el maestro reciclaba y reutilizaba materiales para crear los mosaicos tan característicos del modernismo. Joan Bassagoda, uno de los principales estudiosos de la obra de Gaudí, explica que el arquitecto iba a las fábricas de cerámica y recogía materiales desechables.

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El taller, en llamas

Al inicio de la Guerra Civil, los anticlericales quemaron el taller del arquitecto ubicado en las escuelas de la Sagrada Familia. Como consecuencia del fuego, se perdieron muchos esbozos y planos originales del templo.

La belleza y la arquitectura orgánica

“La belleza es el resplandor de la verdad, y como el arte es belleza, sin verdad no hay arte”. Esta afirmación del propio Gaudí resume la búsqueda de la estética y la verdad en sus obras. En la consecución de una arquitectura sólida, funcional y bella, las formas orgánicas inspiradas en la naturaleza cobran mucha importancia en sus proyectos.

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